Mientras nos sentamos con Thobias, reflexiona sobre su trayectoria de 14 años en Consilium y los cambios de los que ha sido testigo, tanto dentro de la empresa como en la industria marina en general.
«Llevo más de 20 años en el sector de la seguridad», afirma. «La ciberseguridad era apenas un término que usábamos cuando empecé. Hoy en día, es uno de los retos más acuciantes de la sociedad, sobre todo en la industria marina, donde se utilizan muchos de los productos de Consilium».
Cuando se le pregunta por las principales amenazas de ciberseguridad a las que se enfrenta la industria marítima en la actualidad, señala que se enfrenta a los mismos retos que cualquier otra industria: «Ya sea una fábrica en tierra o un buque en el mar, muchos sistemas críticos están conectados, lo que los expone a las mismas vulnerabilidades».
Fomento de la resiliencia
El transporte marítimo ha sido la columna vertebral del comercio mundial durante siglos. Según las Naciones Unidas, más del 80 por ciento del comercio mundial depende de los barcos. Los ciberataques pueden interrumpir este sistema, retrasando los envíos y afectando a las industrias de todo el mundo.
Thobias se apresura a destacar el enfoque proactivo de Consilium cuando se le pregunta cómo la empresa aborda estos desafíos. «Se trata de ir un paso por delante», dice. «Por un lado, estamos mejorando constantemente la seguridad de nuestros productos: mejorando las contraseñas, bloqueando los puntos de acceso físicos y haciendo que sea lo más difícil posible para cualquiera manipular el sistema».
Señala que los procesos internos son igual de importantes. «También hemos actualizado la forma en que lanzamos nuevo software y manejamos los archivos. Nada de lo que enviamos a los clientes puede verse comprometido. Nos lo tomamos muy en serio».
El campo de batalla en evolución
A pesar de estos esfuerzos, Thobias reconoce que mantenerse a la vanguardia en ciberseguridad es una batalla interminable. «Es una carrera», dice. «Por cada nueva medida de seguridad que introducimos, alguien está tratando de romperla. Requiere actualizaciones continuas y recursos significativos».
Pero Consilium no está solo en esta lucha. La Organización Marítima Internacional (OMI) ha estado desarrollando regulaciones desde 2017, con el objetivo de establecer un estándar global para la ciberseguridad en los buques. «Estas regulaciones han ayudado a aumentar la conciencia y mejorar las defensas, pero también han agregado complejidad», señala Thobias. «Estamos lidiando con sistemas más sofisticados, y eso significa amenazas más sofisticadas».
El factor humano
Independientemente de lo avanzada que sea la tecnología, Thobias lo tiene claro: el elemento humano sigue siendo fundamental. «Puedes tener los mejores sistemas de seguridad del mundo, pero si la tripulación no está debidamente capacitada, todo es en vano. La concienciación sobre la ciberseguridad es crucial, y hacemos lo que podemos para educar a las tripulaciones sobre cómo utilizar nuestros sistemas».
Dicho esto, admite que su papel tiene un límite. «Nos encargamos de la parte del producto, pero una formación más amplia en ciberseguridad es algo que dejamos a los especialistas».
Mirando hacia el futuro
Al concluir nuestra conversación, le pregunto a Thobias qué traerán los próximos cinco a diez años para la ciberseguridad en la industria marina. «La conectividad solo va a aumentar. Se conectarán más sistemas, se recopilarán más datos y esos datos serán más valiosos. Los ciberdelincuentes evolucionarán, y nosotros también. Se trata de mantenerse alerta».
Antes de dirigirse a su próxima reunión, Thobias me deja con una última reflexión. «Al final del día, la seguridad es nuestra máxima prioridad. Siempre tenemos que equilibrar la funcionalidad del usuario con la protección del sistema. De eso se trata el liderazgo en tecnología de seguridad: mantener los barcos seguros y, por extensión, proteger a las personas y la carga a bordo».